Hola, mi nombre es María Patricia Marín Muñoz. Nací un 20 de noviembre en la ciudad de México, tengo 54 años, de profesión, docente, y tengo dos hijos maravillosos.
Mi historia empieza desde el día de mi nacimiento. Nací con insuficiencia cardíaca, aunque nunca le hice caso a ese diagnóstico, y cuando no me dejaban realizar ejercicio en la escuela secundaria por mi condición, yo sola me inscribía al pentatlón de mi comunidad. Para mí, las palabras ‘no se puede’ nunca estuvieron en mi vocabulario. Estudié, trabajé, lleve una vida ‘normal’, siendo siempre muy alegre. Fui nadadora y bailarina. Era de las personas que, llegando a una fiesta, me encontraba en la pista de baile toda la noche.
Me casé a los 21 años. En mi primer embarazo no tuve complicaciones, aunque por la situación de mi corazón tuve un trato especial, gracias a Dios, sin ninguna complicación. No fue igual en mi segundo embarazo a mis 28 años. Fui muy necia desde un principio porque no debí embarazarme. Ese embarazo fue muy complicado ya que tuve tres infartos a la hora del parto. En ese momento la vida se me iba pero yo no podía morir pensando en mi hijo de 6 añitos, y Dios me otorgó una segunda oportunidad. Quedé muy delicada del corazón y me realizaron una cirugía a corazón abierto.
Les platico esto porque es muy importante esta información para la comprensión del diagnóstico de Mieloma Múltiple muy tardío, ya que lo confundían con mi problema cardíaco.
En 2021. a mis 51 años, ya con una carrera de Mtra. en Ciencias de la Educación, trabajando casi 60 hras. A la semana, siendo ya divorciada desde que mis hijos eran pequeños y llevando el cargo total de los gastos de mi casa e hijos, nunca pensé que mi situación de salud empeorara ya que siempre, entre comillas, era sana.
Empecé con muchas infecciones de garganta, mi cuerpo se iba debilitando, observé que mi cuerpo se llenaba de moretones sin haberme golpeado, con taquicardias y no tenía fuerzas de levantarme de la cama. Yo vivía sola en ese momento, así que muchas veces comía muy poco ya que no tenía fuerzas. Todo eso fue en la época de la pandemia.
Tengo un hermano maravilloso que me visitaba y, él, al verme tan mal, me llevo al médico y me diagnóstico Neumonía en diciembre de 2021. Esa fue mi primera neumonía llegando a estar muy delicada.
En 2022, me sentía tan mal que me hice acompañar por una alumna que estudiaba conmigo en la Licenciatura de Educación. Ella realizaba su servicio conmigo. Me estimaba muchísimo, además de que quería aprender de mí algunas técnicas didácticas para el desarrollo de una clase, por lo que ella me acompañaba casi todo el día en mis clases a estudiantes de bachillerato. Ella no quería dejarme sola, ya que me desvanecía en ocasiones. Fue un tiempo muy difícil para mí, ya que no podía ni hablar `porque me faltaba el aire.
En ese momento me atendía en el ISSSTE, una institución médica de la ciudad de México. El primer contacto fue con el médico familiar que me revisó con algunos estudios generales y me diagnosticó hipertensión arterial. Recibí tratamiento para ese diagnóstico, lo cual hizo que me sintiera peor. Así estuve aproximadamente dos meses, con los síntomas que empeoraron. Yo ya no podía ni caminar y el corazón ya estaba con bradicardia. En el mes de Mayo de ese mismo año, me enviaron con el especialista en cardiología.
El cardiólogo, con varios estudios como electrocardiogramas, ecocardiogramas, etc, me dio la noticia sin ningún tacto. Me dijo que me iba a morir muy pronto, que empezara a realizar mis trámites para la pensión por invalidez. Esa noticia en me devastó. En ese momento mi amada alumna me acompañaba y fue mi apoyo moral. Yo siempre he sido muy fuerte y no les dije nada a mi familia e hijos, hasta que mi situación empeoró.
Les comente a mis hijos y me llevaron con un cardiólogo particular. Empezaron otra vez más estudios. Ese especialista me volvió a realizar los mismos estudios que en el ISSSTE, me recomendó realizar ejercicio y me envió un tratamiento para el corazón. De los resultados de esos estudios me diagnosticaron hipertensión pulmonar severa con uso de oxigeno 24/7, pero yo me seguía sintiendo muy mal. Así pasaron los meses con mi salud deteriorándose hasta que el cardiólogo del ISSSTE me envió con el hematólogo, ya que tenía una anemia crónica.
Empecé con hemorragias nasales, coágulos en la boca, etc. El hematólogo me realizó varios estudios generales de sangre en los que los resultados eran: 5 g/dl cuando el mínimo era 12 g/dl, estando muy por debajo de lo normal. El me recomendó tomar ácido fólico. Ya casi para darme de alta con él, me envió un estudio de inmunoglobulinas para descartar cáncer.
Para que en el ISSSTE permitieran realizar ese estudio, pasaron meses hasta que en octubre de 2022 me diagnostican Mieloma Múltiple. Para ese momento ya iba en silla de ruedas y con oxígeno.
El especialista lo confirmó con la extracción de médula. Cuando recibí el diagnóstico yo ya no quería saber de más medicamentos, y mucho menos de quimioterapias. Mi familia me convenció de llevar el tratamiento, pero yo, con insuficiencia cardiaca, hipertensión pulmonar severa, oxigeno 24/7 sin poder moverme, lo que quería era morirme de una vez. Pero como es sabido por todos, ‘nadie se muere en la víspera’.
En ese mismo año me volvió a dar neumonía. En ese momento pensé que no lo lograría, pero gracias a Dios, a los médicos y a mi familia aquí estoy compartiéndoles.
En febrero de 2023 empecé mis primeras quimioterapias, y mis hijos me hicieron recordar a esa joven que su lema era ‘yo puedo’. Empecé a tratar de moverme, y, aunque con mucho dolor, ya me podía mover. Mi hija me ayudaba a realizar hasta lo más mínimo. Ustedes se imaginarán lo penoso de mi situación, pero poco a poco empecé a caminar con andadera.
Tuve 9 sesiones en las que me internaban una semana en el hospital, donde me sometían a tres días de quimioterapias. Todo el tratamiento fue muy agresivo, pero al ver que poco a poco podía moverme, empecé a ser positiva. Meditaba todos los días y oraba mucho.
No recuerdo los medicamentos que me ponían, pero sí les puedo decir que fueron muy eficaces para mi recuperación. En nueve meses, cuando mi hematólogo, que es una hermosa persona, me dio de alta en la hospitalización, me dio esa excelente noticia de la remisión, aunque como todos los que vivimos con Mieloma Múltiple sabemos que ese tipo de cáncer, por el momento, no tiene cura.
En octubre de 2023 seguí con tratamiento de mantenimiento como así lo llaman. Talidomina, Clopidogrel, etc., y así he seguido, gracias a Dios. No les mentiré, sigo con dolores de huesos. Hay veces que no tengo ganas ni de levantarme, pero yo soy muy necia, y si Dios me ha dado una tercera oportunidad de vivir, lo haré excelente.
En febrero de 2024 regresé a dar clases a la universidad. De un trabajo ya estoy pensionada por invalidez, y espero la resolución de mi segunda pensión en la universidad. Por el momento, con todo y oxigeno me voy a trabajar, claro siempre en compañía de mi hija, ya que aunque puedo manejar y dar clases, por mis diagnósticos es necesario siempre ir acompañada por alguien.
Así que si tú o alguien amado está padeciendo de este diagnóstico, lo único que yo te puedo decir que todo poco a poco ira mejorando, así como lo viví yo, y vaya que soy todo un caso. Así que no te preocupes, sigue tus quimios, tus tratamientos siempre positivos y todo mejorará.
Dios en su infinita misericordia te sanará como lo está haciendo conmigo. Saludos a todos.
Mayo de 2024